PATRONIO SOMOS TODOS

El alumnado de 1º de Bachiller se ha metido por un día en la piel de Patronio, el ayo del Conde Lucanor, para aconsejar a su señor en los problemas que le preocupaban. Estos son algunos ejemplos de los trabajos que han hecho.

Otra vez estaba hablando el Conde Lucanor con Patronio de esta manera:

-Patronio, un hombre me ha propuesto una cosa y también me ha dicho la forma de conseguirla. Os aseguro que tiene tantas ventajas que, si con la ayuda de Dios pudiera salir bien, me sería de gran utilidad y provecho, pues los beneficios se ligan unos con otros, de tal forma que al final serán muy grandes.

Don Juan Manuel, El Conde Lucanor, Cuento VII

Este es el apólogo que han escrito los patronios bachilleres:

Señor Conde Lucanor, había un hombre que se compró un local en el centro de la calle más conocida de la ciudad, por donde pasaba mucha gente. Como la tienda estaba en un lugar tan bueno el hombre se confió y apenas se esforzó en vender y sacar adelante el negocio.

A su vez, había una mujer que compró un local más pequeño y en una calle muy poco transitada porque no tenía mucho dinero. A diferencia del otro hombre, esta mujer trabajó duro y se esforzó mucho para que su negocio prosperara. 

Al cabo de unos meses, la perseverancia de la mujer dio sus frutos y consiguió que su tienda se convirtiera en la más conocida de la ciudad. Sin embargo, el hombre que tenía el negocio en el centro de la ciudad, debido a su confianza y su falta de esfuerzo, no consiguió sacar adelante su negocio y tuvo que acabar cerrándolo. 

Si haces algo, hazlo bien, 

no te confíes y muestra interés.

 

Cuento VII: Doña Truhana (Ciudad Seva)

Otros consejos de nuestros bachilleres:

_Del cuento IV_ Lo que, al morirse, dijo un Genovés a su alma

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *